7 Datos para conocer la historia del embalaje de primera mano

9 de noviembre de 2022

Por muy raro que te parezca, el embalaje no es algo nuevo de nuestro siglo. Desde la antigüedad, el ser humano ha tenido la necesidad de utilizar materiales para preservar y proteger sus pertenencias. Así, dando un paseo por la historia del embalaje comprobaremos que ya en la Grecia Clásica y el Antiguo Egipto trabajaban en recipientes para contener comida y otros productos.

Como todas las áreas del conocimiento humano también el embalaje tiene su Historia. En el año 8.000 antes de nuestra era, el uso de vasijas de arcilla como recipiente hace comenzar la historia del embalaje. Desde entonces su uso ha ido en aumento, evolucionando y diversificándose al amparo de las nuevas tecnologías y tratando de satisfacer las nuevas necesidades y usos sociales.

Historia del embalaje a golpe de vista

A continuación te vamos a presentar una serie de apuntes cronológicos sobre la evolución de los embalajes a lo largo de los siglos:

Empezamos por el principio: ¿cómo embalaba el Hombre de Cromañón?

Obviamente no conservamos evidencias documentales que nos hablen de los primeros envases de la Historia. Ahora bien, se han encontrado restos arqueológicos que confirman que las personas ya usábamos sistemas de embalaje desde hace decenas de miles de años. En la Prehistoria, los restos arqueológicos confirman que se usaban materiales como hojas, pieles de animales, cáscaras de calabaza o incluso cuerdas hechas de fibras vegetales para transportar pequeños objetos.

Pero la gran revolución llegó con el uso de cantimploras rupestres para transportar agua hechas con cuero animal. Se cree que las primeras bolsas para el transporte de agua se empezaron a usar hace más de 7.000 años. Ya en el Neolítico, aparecen los primeros cestos hechos con tallos vegetales, objetos parecidos a cestos de mimbre o bolsos de paja.

La revolución del vidrio en el Antiguo Egipto

Los egipcios, allá por el año 1.500 AC, fue la primera civilización en conservar alimentos y líquidos en vidrio. Ahora bien, el vidrio egipcio poco o nada tenía que ver con lo hoy entendemos por este material. Si bien el componente era frágil y no permitía ver con facilidad lo que había en el interior, los egipcios conseguían que las tinajas de vidrio fueran suficientemente impermeables como para transportar agua.

De cómo los griegos aportaron las ánforas al mundo…

Como ya sabrás, las ánforas son recipientes cerámicos de gran tamaño con dos asas y un largo cuello. Las primeras piezas que hoy conocemos están datadas entorno al año 1.500 AC y fueron encontradas en zonas costeras del Mediterráneo oriental. No obstante, fueron los griegos quienes, después de colonizar gran parte del Mediterráneo, desarrollaron un sistema de fabricación avanzada de ánforas de arcilla.

Gracias al impulso comercial y colonizador de los griegos, el diseño de las ánforas fue variando y mejorando a lo largo de los años. El objetivo era que pudieran transportar víveres, bien sólidos o líquidos. Este sistema de embalaje fue uno de los predominantes en el comercio europeo y su predominancia se mantuvo casi 2.000 años.

Y con los chinos llegó el papel

¿Te has parado a pensar sólo un instante la importancia del papel en el mundo de las mudanzas y en la historia del embalaje? ¿Cuántos sistemas y materiales se basan en él? Pues a los chinos hay que atribuirles la invención definitiva del papel como embalaje en el siglo I de nuestra era. Concretamente a Cai Lun, un eunuco de la corte imperial de la dinastía Han, que al parecer inventó la técnica para producir papel.

Este material de embalaje pronto se empezó a usar para transportar alimentos frescos como carne, frutas y verduras. Pese al gran avance chino, el papel aún tardaría muchos siglos en llegar a Occidente.

La Edad Media: la época dorada de los barriles de madera

¿Cómo y por dónde de hacían las mudanzas en la Edad Media? Sencillo, a través de las calzadas y los caminos que construyeron los romanos a lo largo de toda Europa. Y en esas vías, el medio de transporte más usado fueron los carros tirados por animales. Con todo ello, el desarrollo y fabricación en masa de de los barriles de madera se extendió a lo largo de toda la Edad Media. Y es que este sistema de embalaje era una forma óptima de almacenar líquidos y sólidos a granel.

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Más allá de la Revolución Francesa: Napoleón y la revolución de las conservas

Más allá de reyes decapitados, el éxito de la Revolución Francesa supuso el asentamiento de las bases del republicanismo, la democracia moderna y la soberanía popular; e inspiró los movimientos libertarios del siglo XIX. Y claro, todo eso «había» que exportarlo. Y para ello, se necesitaría enviar muchos soldados a todos los confines del continente y ello conllevaría que también tuviera que desplazarse muchísimo alimento.

Así, se convocó un concurso con un premio de 12.000 francos de la época para quien pudiera idear un sistema para conservar los alimentos durante el máximo posible de tiempo y que pudieran ser consumidos en el campo de batalla a miles de kilómetros de Francia.

Y fue el cocinero Nicolas Appert quien en 1810 y tras más de una década inventó la comida en conserva. Appert descubrió que introduciendo alimentos dentro de una botella de cristal sellados con un tapón de corcho y luego calentaba esa botella, los alimentos permanecían comestibles sin pudrirse. De este modo, Appert además de llevarse el premio, concluyó que su método servía para conservar los alimentos.

La era de los nuevos formatos y materiales de embalaje: la Revolución Industrial

La industrialización se encargará de llevar el cartón, un derivado del papel que inventó Cai Lun, a nuevas dimensiones. Y no solo eso: el embalaje no solo sirve para transportar sino que con la evolución de las técnicas de imprenta y la mercadotecnia el mismo embalaje empieza a usarse como reclamo, incluyendo llamativos eslóganes y originales diseños en las cajas de mudanzas.

Y cuando parecía que el cartón era el vencedor en esta historia del embalaje, la fiebre por el «oro negro» llegó desde el Oeste Americano. Pronto empezaron a perforar con frenesí para encontrar una combustible que estaría llamado a tener la hegemonía de todo el siglo XX y seguro que parte del XXI: el petróleo. Con la llegada de está sustancia pronto se desarrolló el plástico y este se hizo omnipresente en el embalaje de todo tipo de objetos, así como de alimentos.

Mudanzas Carlos Rodriguez, «tu mudanza en buenas manos«